JUAN MARÍA SEGURA

Mas allá de las PASO

Por Juan María Segura


Luego de meses de negociaciones en todos los frentes políticos, finalmente se cerraron y publicaron las listas para las PASO 2021. Con precandidatos a diputados nacionales y provinciales, a concejales municipales y consejeros escolares, con titulares y suplentes en varias ámbitos, literalmente, el país se pintó de política. Los ganadores y perdedores (¿?) llenaron los portales de noticias y los editoriales del domingo, mientras las redes sociales de los ‘elegidos’ explotaron de júbilo y de exclamaciones del tipo ‘¡Finalmente llegué!’. En fin, la cuestión es que ahora toca debatir, supongo, sobre los problemas. Y seguramente se debata, entre otros temas, sobre educación. Esa educación que faltó tanto durante la cuarentena, esa presencialidad plena que reclamamos aún hoy, esa escolaridad distante forzada con la que ni docentes ni padres se sintieron a gustó en ningún momento, pero que algunos creyeron que era educación en línea.

Si bien la educación institucional (o sea, lo que ocurre en escuelas, universidades e instituciones afines) es un campo de práctica de gran complejidad, debatir sobre ella en modo elecciones es relativamente sencillo. Los lugares comunes abundan en esta área, tanto para quienes deben defender como criticar el funcionamiento actual del sistema. Se requiere mínima cintura discursiva y algo de creatividad para sortear el tema, dando la apariencia de estar consustanciado con la causa. Con algunos ingredientes de Sarmiento y la ley 1420, sazonando con burbujas y protocolos de la pandemia, más alguna resolución del Consejo Federal de Educación y algún informe de la UNESCO, alcanza y sobra para llenar 3 minutos de debates a los gritos en un estudio de televisión. Si además se hace mención a ‘los pibes desconectados’ o a ‘los docentes sobrecargados de trabajo’, cartón lleno, el circo queda completo.

Es importante recordar que en las colegiaturas parlamentarias se ‘cocinan’ las leyes educativas, literalmente. A los efectos del funcionamiento del sistema educativo, es mucho más relevante la composición (y pericia) de los integrantes de la Comisión de Educación de los Congresos y las Legislaturas, que la propia capacidad técnica de un ministro y de sus equipo de gestión. Por lo tanto, las listas que finalmente sorteen las PASO y la instancia electoral decisiva de noviembre, en algún momento deberán dominar de verdad el tema educativo, si lo que desean es hacer un real aporte en esta área.

La pandemia reveló, entre otras cosas, un gran desentendimiento por parte de los responsables del sistema educativo para comprender el vínculo posible entre la educación y el mundo digital. El sistema educativo enfrentó la pandemia sin la idoneidad mínima para poder articular políticas y prácticas nuevas y útiles frente a un contexto desafiante. Esa falta de idoneidad, rayana con el nuevo analfabetismo, volvió al sistema educativo más conservador, más rígido, más regulado. No hay dudas de que la protoescuela es una institución frágil, es una política educativa ineficaz y es una propuesta poco estimulante para jóvenes (que aprenden muy poco) y adultos (que reciben poco por hacerla rodar). Por lo tanto, me resulta evidente que los nuevos legisladores, en el nivel político y jurisdiccional que sea, deberán alentar esos debates, y deberán hacerlo con ideas nuevas, con pensamientos renovados y con mucha valentía.

Tal vez podrían comenzar clarificando que, en el plano de la educación digital, no todo es lo mismo. El Zoom no es una plataforma, mucho menos una metodología. Es solo un software de videoconferencia, o sea, una herramienta sencilla, hiper sencilla de esta época. Nada más. ¿Acaso alguien pensó que por pasar las clases de modo presencial a modalidad Zoom, ya habíamos ingresado en el vertiginoso mundo de la educación virtual? Escuché muchas argumentaciones del tipo en los últimos meses. Nadie afirmaría que un neumático es sinónimo de un automóvil. Sin embargo, fruto de nuestra ignorancia, impericia o temor, lo mismo da, en educación casi logramos ponernos de acuerdo en un reduccionismo tan poco cierto y tan poco útil.

Las herramientas digitales son diseños sencillos de utilizar, de naturaleza neutra, incluibles en diseños de mayor complejidad para fines de los más diversos. Los software de videoconferencia (Zoom, Google Meet, Microsoft Teams, Google Hangouts, Skype, Facetime, Uber Conference, Slack, WhatsApp, Cisco Webex Meetings) son una categoría específica de herramientas digitales dinámica y prolífica, pero son solo eso, herramientas. Lo mismo se puede decir de las herramientas de gestión de conversaciones en línea (Mentimeter, Visme, Intuiface, Moovly), gestión de votaciones en línea (Kahoot, Classtime, Poll Everywhere, Hypersay), o de las herramientas de presentación de información (PowerPoint, Prezi).

A diferencia de las anteriores, los repositorios digitales de contenido es otra categoría interesante de analizar. En este caso, la neutralidad está anulada a partir de la acción deliberada de curadores. Wikipedia es el mejor ejemplo de la acción de curaduría más innovadora y revolucionaria de la que se tenga cuenta, a pesar de lo cual esta no deja de ser solo un repositorio de contenido escrito e hipervinculado. Las bibliotecas digitales también son repositorios de contenido (las habrá diversas o enfocadas, grandes o pequeñas), y lo mismo canales de contenido multimedial como TED o sus equivalentes (Think Big, Idea City, 99U, Ignite). La clave de los repositorios digitales de contenido es que poseen diseño abierto, dejando al ‘usuario’ la libertad de escoger los ingredientes que le hagan sentido. Si bien el contenido lleva implícita la intención de los curadores, la forma de entrega de esos contenidos es abierta.

Las plataformas digitales son más complejas aún, pues poseen más intención en su diseño, y ofrecen menos libertades de navegabilidad. Las MOOCs (cursos abiertos gratuitos en línea) son cursos, de principio a fin. Claro que uno puede seleccionar, pero el ingrediente central es un curso, que posee la estructura que posee, y no otra. Virti es una plataforma de entrenamiento para la industria de la salud, en donde los participantes se entrenan utilizando realidad aumentada. Las plataformas utilizan herramientas digitales, pero con una intención específica y explícita. Mangahigh es una plataforma de enseñanza de matemática a través del juego, que utiliza inteligencia artificial para crear trayectorias personalizadas de aprendizaje, mientras que Outschool es una plataforma de aprendizaje en línea que ofrecer un sinnúmero de cursos extracurriculares breves en formatos multimediales.

Podría seguir con la categorización, pues aún faltan explicar las metodologías que se valen de la digitalización (por ejemplo, Accelium), los ecosistemas educativos que se apalancan en diferentes recursos digitales (por ejemplo, Twig Education), y las propias instituciones educativas de base digital (por ejemplo, Minerva University), aquellas que no tienen ladrillos. Pero creo que es demasiado para un mismo escrito, así que me detengo aquí.

Vuelvo, entonces, a nuestras benditas PASO. En estas elecciones, y en todas, estamos eligiendo congresistas que deben echar luz sobre estos debates. Difícilmente estos temas puedan profundizarse durante la campaña, que me animo a anticipar que tendrá mucho más de descalificaciones y gritos, que de argumentaciones y reflexiones. Sin embargo, a partir de la jura de los legisladores que finalmente lo hagan, allá por diciembre, nos queda a la sociedad la tarea de exigirles mayor idoneidad en estos temas, mayor entendimiento de esta época, mayor apetito por avivar un debate informado, sin prejuicios ni temores, que permita dar nacimiento a un nuevo sistema educativo. Nuestros niños y niñas nos juzgarán por ello.