JUAN MARÍA SEGURA

Reparar o reinventar la universidad, esa es la cuestión

Por Juan María Segura


De una manera poco habitual, la agenda nacional se ha cargado de eventos y foros en donde se discute sobre educación, en particular sobre la universidad. Partiendo a veces de consignas que ya suenan a música repetida, que hacen referencia a temas tales como las competencias del siglo 21, la enseñanza en línea, el aula invertida, el aprendizaje por proyectos, el acortamiento de las carreras y la flexibilización de los trayectos formativos, de pronto parece que nos lanzamos sobre una institución que lleva siglos funcionando más o menos de la misma manera, siguiendo más o menos los mismos criterios, produciendo más o menos lo mismo. Veamos algunos ejemplos.

La Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (CRES), como indica su página web, es una reunión de dimensión regional organizada de manera conjunta entre el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, una universidad pública local, el Consejo Interuniversitario Nacional de Argentina (CIN) y la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) del Ministerio de Educación de la Nación. Es el evento más importante del sistema de educación superior de América Latina y el Caribe, donde rectores, directivos, académicos, docentes, estudiantes y representantes de numerosas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales se reúnen para analizar y debatir sobre la situación del sistema educativo en la región y delinear un plan de acción para la próxima década, orientado en la necesidad de reafirmar el sentido de la educación como bien social, derecho humano y responsabilidad del Estado. Este encuentro se realiza aproximadamente cada 10 años, con el primer encuentro realizado en Cuba (1996) y el siguiente en Colombia (2008). La elección de nuestro país para hacer este tercer encuentro coincide con la celebración de los 100 años de la reforma universitaria del 18’, justamente impulsada desde la misma casa de estudios que obra como anfitriona. Serán 5 días intensos, organizados alrededor de siete ejes temáticos, y las conclusiones a las que se arribe serán insumo los países de América Latina y el Caribe llevarán a la Conferencia Mundial de Educación Superior, a realizarse en 2019 en la sede de la UNESCO en Francia.

Por su parte tendrá lugar una nueva edición del Congreso de Educación y Desarrollo Económico, respetando los principios que guían su organización y justifican su valía. Primero, reunir actores de múltiples disciplinas para debatir holísticamente sobre la educación. O sea, hacer de la educación una causa nacional. Este año estarán presentes las miradas del mundo educativo, de la política, del emprendedorismo, del sector social, del empresariado, de organismos multilaterales, de medios internacionales y del mundo intelectual. En segundo lugar, afianzar la práctica del debate moderado por expertos, eliminando las exposiciones o ponencias que tanto reducen o condicionan el espacio para la repregunta o la discusión crítica. Por último, rotarlo en sedes que permitan afianzar el abordaje multidisciplinario. Este año el Congreso tendrá lugar en el Centro Cultural de la Ciencia, mientras que en los años anteriores se realizó en el Centro Cultural Kirchner (2017), en la Usina del Arte (2016) y en la Universidad Torcuato di Tella (2015). En una jornada completa de trabajo, además del producido por el debate de cada panel, se conocerán los resultados de una investigación anual sobre innovación educativa impulsada por la institución organizadora, y se debatirán investigaciones sobre educación impulsadas desde The Economist Intelligence Unit. La mirada del mundo universitario estará garantizada por la participación del rector de una universidad nacional, que además en el pasado fue funcionario de la CONEAU y de la SPU. 

A los encuentros anteriores se suman un evento de media jornada realizado por primer año por un importante medio periodístico, bajo el lema Educación 4.0: el Futuro del Capital Humano, que será inaugurado con una ponencia del rector de la Universidad de Buenos Aires, en donde hará referencia de la ubicación de esta casa de estudios en los rankings mundiales. A su vez, otra importante universidad nacional privada realizará el capítulo segundo de un diálogo iniciado el año pasado, bajo el lema La Educación para la Argentina por venir, moderado por el mismo rector de la citada casa de estudio.

Esta repentina hiperactividad, con los rectores de universidades públicas y privadas saliendo al ruedo de todo escenario disponible casi en estampida, es coincidente con llamados y pedidos recibidos a nivel personal, sea para participar como orador en un importante evento el Perú, para hacer lo propio en un encuentro en una provincia de nuestro país, o bien para ayudar a colegas de Chile a pensar posibles oradores del mismo palo para sus propios eventos. La universidad, concluyo, ¡tomó el centro de la escena!

Cuando a principio de año un medio me consultó sobre los principales debates educativos que se darían en el país durante 2018, señalé al debate de la universidad como uno de los más acuciantes, y también de los más probables. Pues aquí está, presente bajo la forma de programas ambiciosos, reuniones de gran nivel y discutido por los propios protagonistas.

Celebro que la comunidad educativa, el mundo docente, los medios de comunicación y la política se interesen tanto por una institución que cada día resulta más disfuncional, menos útil para los tiempos que vivimos, no porque gradúe poco en comparación con otros países (como sostienen algunos expertos), sino por como enseña. No repetiré aquello que escribo permanentemente sobre la época, para no aburrirlo. Que los robots con inteligencia artificial generen conciencia me exime de hacer ninguna aclaración o justificación. ¡Hay que leer más Wired y menos panfletos autorreferenciales! Seguimos andando en un tren a toda velocidad, sostenido por rieles hechos de palillos dentales, y vivimos como si nada realmente serio fuese a pasar. ¿Acaso esta situación es estable, sostenible? Las nuevas generaciones están estupefactas con nuestra estupidez, ceguera, vagancia. No sé ni cómo calificarlo, pero lo veo en sus caras. 

Esta gran agenda de actividad que celebro, también me genera un poco de preocupación cuando leo o escucho algunos argumentos sobre la forma de innovarla. ¿Acaso alcanza con agregar algunas carreras, algunos edificios y sedes, algunas plataformas y tecnologías, algunas organizaciones temáticas curriculares? ¿Acaso solo se trata de aggiornala un poco, de reorganizarla, de conveniarla con instituciones equivalentes o complementarias, de cambiarle la pintura y pensarle un nombre más moderno? ¿Acaso solo se trata de eso, de verdad? Me preocupa tanta actividad y congreso, si al final del camino solo encontraremos las cosas que ya conocíamos antes de andarlo.

Innovar es hacer nuevo desde adentro. El sistema universitario no resiste solo ser reparado, debe hacerse completamente nuevo desde adentro, y para ello se necesita mucha, mucha audacia.

Le pido, ante tanto evento y foro, que agudice su ojo y oído e identifique los verdaderos aires de cambio. Eso sí vale la pena apoyar, a esos actores hay que acompañar, a esa agenda nos debemos subir todos. Por el contrario, si solo discutimos porque toca, para luego seguir haciendo más o menos lo mismo, ni se tomen el trabajo de ir, oír o criticar. A ellos, ¡la espalda!