JUAN MARÍA SEGURA

Sobre pedagogías en el día del niño

Por Juan María Segura


¿Coincide con el diagnóstico respecto de las consecuencias de la educación a la sueca?

A diferencia del adulto, el niño es un ser humano fisiológica, neurocognitiva, afectiva y psicológicamente inmaduro e incompleto. Por lo tanto, resulta incorrecto caracterizarlo en un pie de igualdad con un ser adulto, y darle un tratamiento equivalente. El adulto, sea o no maestro o docente, tiene la tarea indelegable de proteger y cuidar la forma en la cual ese niño desarrolla su proceso madurativo mientras interactúa con su entorno social, material y cultural. Por lo tanto, dotarlos de plena libertad cuando aún no están preparados para entender las consecuencias que les acarreará hacer un uso indebido de esas libertades es un error que puede tener consecuencias irreparables.

¿Hasta qué punto estos enfoques de crianza están difundidos entre nosotros?

Entre nosotros veo un enfoque más de desinterés por la tarea educativa, que por abrazar una forma pedagógica en particular. Si bien en la práctica las consecuencias son similares (niños tan déspotas como frágiles), el origen me resulta bien diferente. No me cruzo con muchos padres que aleguen ser promotores de la pedagogía sueca (ni de ningún otra), y sí me encuentro con muchos que no ponen límites a sus hijos porque no quieren enfrentar el conflicto que ese límite acarrea.

¿Cree que también en Argentina hemos caído en estos extremos?

En nuestro país tenemos dificultades para entender los conceptos de autoridad como diseño institucional y la norma como mecanismo de convivencia. La categoría de padre o madre la otorga la naturaleza, y no hay nada que podamos hacer para modificarla. Sin embargo, la función adulta de educador, dentro o fuera de la escuela, es una adecuación cultural y social que la práctica y la historia reconocen como conveniente. Abdicar a esa tarea y responsabilidad es una equivocación, de la misma manera que lo es ejercerla sin cariño ni capacidad de contención.

¿También entre nosotros se está empezando a dar marcha atrás con estas teorías?

No veo una tendencia en esa dirección en Argentina. Diría todo lo contrario. Gran parte de la ideología y normativa producida en los últimos años tiende a tratar al niño cada más como un ser vulnerable, ralentizando su proceso madurativo.

¿Explica este tipo de crianza las dificultades que enfrentan hoy en la escuela los maestros por la falta de disciplina?

No del todo. Las dificultades que los maestros expresan hoy en las escuelas tienen más que ver con cumplimiento de normas de aplicación general, que con administración de las libertades individuales. El sistema educativo, así como está definido (cohortes etarios en donde todos deben aprender lo mismo en los mismos tiempos), requiere normas claras para que los aprendizajes se puedan gestionar de la mejor manera.

¿Cuál es su opinión sobre estos métodos de crianza: ultra-tolerante vs estricto?

Me reconozco un padre, educador y profesor estricto, que expresa con claridad las consignas, que no escatima tiempo en fundamentar la naturaleza de los límites y que aplica consignas reconocibles como justas por parte de los educandos (hijos, alumnos). Por lo tanto, siento más afinidad con un esquema de administración de límites, que con un sistema de libertades totales. Los niños deben tener una libertad administrada, hasta tanto abandonen esa condición de vulnerabilidad propia de la niñez.