JUAN MARÍA SEGURA

Aprender, episodio 2

Por Juan María Segura


Los informes publicados recientemente por el gobierno son de gran utilidad.

Creo que la noticia del día no es tanto el progreso en lengua o en ciencias, tenues, por cierto, sino la disciplina pública de mostrar regularmente en detalle en dónde estamos parados en calidad de aprendizajes en todo el territorio nacional. Y mostrarlo, aunque los valores sean malos. Visibilizar el problema. Nunca antes había existido un Operativo Aprender como el desplegado en 2016, y mucho menos otro de magnitud similar, solo un año después, cuyos datos se acaban de poner nuevamente a disposición de la sociedad. Dos millones de evaluaciones para analizar y diagnosticar con detenimiento. En este sentido, celebro el trabajo realizado y la publicación de esos datos, agregando la mirada comparativa, no solo contra el mismo operativo del año anterior realizado por Cambiemos, sino principalmente contra operativos realizados por el gobierno anterior. Esta publicación pone en diálogo al gobierno de Cambiemos con el Kirchnerismo. Esta publicación nos permite poner a los chicos por encima de la política, felizmente, finalmente.

No obstante lo anterior, la fotografía sigue siendo mala, crítica, como no podía ser de otra manera. Los porcentajes de alumnos en niveles más que básicos de aprobación son exiguos prácticamente en todas las mediciones, en todas las disciplinas, acentuándose en escuelas de gestión estatal, en los segmentos socio económicos más vulnerables y en algunas provincias y jurisdicciones en particular. En ese sentido, no creo que el ministro o ningún funcionario educativo esté en condiciones de ser autocomplaciente, ya que continuamos en terapia intensiva. No hay nada para celebrar, pues aún no hay tendencias. Los niños evaluados en este operativo son diferentes a los evaluados el año anterior, así que las variaciones bien podrían ser explicadas por variación de la muestra. Alguien podría argumentar que, por tal motivo, las mediciones arrastran un error muestral que justifica cambios menores en cualquier dirección, así que no prestaría tanta atención a la mirada comparativa. Las tendencias que darían indicios de cambios son series de tiempo plurianuales, digamos no menores a 3 a 5 años. Ello permitiría conjeturar mejor, pero no las tendremos hasta el año 2022. Mientras tanto, conviene poner el foco en otros aspectos de este Operativo. Por ejemplo, sería bueno observar el progreso o variación logrado sobre poblaciones de escuelas sobre las que se haya trabajado en detalle con instrumentos o estrategias pedagógicas específicas.

El interés primario de la sociedad es que los niños aprendan más y mejor, y el interés principal de los funcionarios educativos debería ser entender cuáles son las estrategias e intervenciones que logran el mejor impacto en la modificación de los aprendizajes. Entender qué logra impactar aprendizajes, por qué lo hace, en qué proporción y población genera el mejor resultado, para luego ponerlo al servicio del resto del sistema, para que ser aprovechado por todos los actores interesados y con responsabilidad sobre el sistema. Mientras tanto, y hasta tanto no se discuta sobre estas herramientas y diseños exitosos, sugiero ser cautos, no sobreactuar, y acelerar la iniciativa parlamentaria reclamada por el presidente en la apertura del año ordinario del Congreso, referida a anular el artículo 97 de la ley 26.206. Publicar el detalle de los aprendizajes de las escuelas permitiría hacer comparativas y análisis más exhaustivos, y daría al ciudadano una herramienta muy potente de control del funcionamiento de la escuela de sus hijos.

En matemática en particular el país continúa con un problema mayor, pues los niveles mostrados confirman lo observado en el operativo anterior: quienes gradúan, lo hacen con una enorme falencia en este tipo de conocimiento. Aún si el operativo hubiese mostrado un progreso (gracias a Dios no lo hizo...), igual el resultado hubiese sido alarmante, pues significa que los chicos tocan la puerta de la universidad con ese mal nivel de preparación. Por esa razón, en parte, ¡huyen de las ingenierías y carreras científicas!

¿Cómo se puede mejorar el desempeño matemático de los chicos? Variando la didáctica se podría hacer una revolución. Al estilo Adrián Paenza, haciéndola divertida y desafiante, o al estilo Eduardo Sáenz de Cabezón, haciéndola emocionante y épica, o al estilo Ron Clark, haciéndola práctica y tangible.

Participé en una clase de matemática en la Ron Clark Academy, en Atlanta, y verifiqué el nivel de involucramiento que el profesor Ron lograba con sus alumnos de primaria, al forzarlos a resolver como repartir el costo de la cuenta de un restaurante entre los que habían participado, agregando propina y descantando algunas deudas cruzadas que algunos tenían con otros. La clase transcurrió con un gran dinamismo y participación de los alumnos, quienes finalizaron cantando todos juntos la canción de las matemáticas. Hay una gran cantidad de material disponible en la web sobre este docente, su práctica y su academia. Solo es necesario interesarse un poco, tomarse un tiempo, y animarse a probar alguno de sus abordajes y recomendaciones dentro del aula.

La vida cotidiana está plagada de problemas reales que demandan comprensión y dominio matemático, así que enseñar para la comprensión práctica y no para la memorización y evaluación estandarizada es especialmente clave en esta disciplina. Y el problema hay que abordarlo con mayor energía y urgencia en los primeros 4 años de la escuela primaria, allí se marca la cancha.

Se abrió, por lo tanto, el segundo episodio de lo que recién es la primera temporada del Operativo Aprender. Aún estamos presentando los problemas y caracterizando a los actores, aún estamos delimitando el territorio de esta historia. No me dejaría llevar por la supuesta euforia de unos u optimismo de otros. En las series, los personajes entran y salen cuando uno menos se lo imagina, pero los problemas siguen allí, a la espera de que alguien los resuelva definitivamente, a la espera del siguiente episodio. Me animo al pensar que, en esta serie, todos somos protagonistas, o al menos todos estamos invitados a participar.