JUAN MARÍA SEGURA

El alumno al centro

Por Juan María Segura


Durante el tiempo que trabajé en alguna de mis funciones regionales para una organización, tuve la suerte de colaborar en la discusión, análisis y posterior creación de un laboratorio de innovación en educación en la Ciudad de Chihuahua, México. Recuerdo el entusiasmo que teníamos los involucrados, provenientes de diferentes organizaciones, la sensación que nos invadía a todos por el hecho de crear un nuevo actor educativo, las dudas lógicas que debimos resolver y acordar respecto de su orientación, organización y forma de presentación ‘en sociedad’.

Crear colectivamente es una experiencia maravillosa, no tanto por lo que aparece al final del proceso, bueno o malo, útil o irrelevante, sofisticado o fuera de época, prototipo o versión final, sino por el proceso en sí mismo. El enjambre de relaciones, decisiones, velocidades e incertidumbres que se deben gestionar durante un proceso creativo es un acto pedagógico en sí mismo, y debe valorarse y enfrentarse de tal manera. Al crear se aprende, se crece, se desarrollan nuevas ideas y relaciones duraderas. Crear enlaza ideas y personas con una coyuntura y contexto en particular, y eso dura para siempre.

UNO internacional, o UNOi, de acuerdo con la definición de sus fundadores, es un modelo de gestión del cambio educativo escolar. No es ni una institución, ni una plataforma, ni una herramienta, sino una metodología de trabajo que, siguiendo algunos criterios, particularidades y definiciones, ayuda a las instituciones escolares modelo 1.0 a redefinir su práctica, reorganizando el trabajo de los docentes y rebalanceando las voces de los diferentes actores involucrados. Es un sistema que habilita innovación y creación colectiva.

Creada en el año 2010, UNOi tiene la misión de poner al alumno en el centro de proceso educativo, proveyendo una metodología de trabajo que se adelante al cambio. Convencido de la forma permanente de transformación de la educación, e inclusive reconociendo los esfuerzos de reformas impulsadas por diferentes gobiernos de la región, el sistema declara la necesidad de revolucionar la gestión de los aprendizajes en el aula. Para ello, propone eliminar las fronteras entre asignaturas, incluir a la emoción como vehículo para la construcción del conocimiento y alentar la premisa de aprender haciendo, el motor que convertirá a los estudiantes en ciudadanos transformadores de su entorno. Un abordaje transversal y disruptivo.

La metodología toma como base filosófica o pedagógica un manifiesto que incluye las siguientes creencias: 1. Que la única educación efectiva es la que establece un vínculo emocional entre el individuo y el conocimiento. Que un estudiante feliz y estimulado siempre será un buen estudiante. Que para ello es necesario cambiar la relación vertical, donde el maestro dice y el alumno escucha, por un ambiente horizontal, colaborativo y dinámico, donde el estudiante es el centro del proceso, 2. Que formar ciudadanos no significa solamente convertir al estudiante en un ente productivo que se integre al mercado laboral, sino en un ser propositivo y emprendedor, con las habilidades y aptitudes necesarias para resolver problemas y transformar el mundo al que pertenece; rediseñarlo, mejorarlo y vivir en él de manera armoniosa, 3. Que la tecnología es la herramienta para hacerlo, no a partir de considerar al estudiante un simple usuario de ella, sino un ser creativo que la utilice para echar a andar procesos de cambio. Hacer es aprender, 4. Que la escuela es un reflejo de la vida y una preparación para ella. Por eso es necesario romper las barreras de las asignaturas, y acercar el estudiante al conocimiento desde una perspectiva integral y global, a partir de resolver problemas que le sean significativos, y por último 5. Que la escuela es el lugar donde se gestan las revoluciones del pensamiento, y que, si el mundo está llamado a evolucionar en el futuro, la escuela debe hacerlo en el presente.

En un conjunto finito de palabras, la metodología de UNOi puede verse claramente desplegada: curaduría (con expertos que seleccionan contenidos digitales para cada ciclo escolar, accesibles en la red), cultura maker (con espacios maker para que los estudiantes trabajen con herramientas, impresoras 3D, computadoras y materiales, para que se reúnan, imaginen y desarrollen sus ideas), comprensión (a través de una plataforma de lectura en inglés y español que brinda al estudiante la capacidad de comprender perfectamente lo que lee, trabajando progresivamente a partir de sus registros previos), alianzas (trabajan en alianza con UNESCO, Animal Planet, Apple, myOn, Lexium, Cambridge, ETS, Didáctica Especializada e ISO, entre otras organizaciones), red (las escuelas de México, Brasil y Colombia que formar parte de la red alimentan un conversatorio digital de reflexión y consulta vivaz y relevante), evaluación (se realizan evaluaciones diagnósticas que permiten trazar objetivos institucionales personalizados y medibles) y acompañamiento intensivo. Como se puede apreciar, no se trata de palabras sofisticadas ni de conceptos novedosos, pero cuando se despliegan coordinadamente y con intención, sin dudas habilitan procesos de transformación que no tienen vuelta atrás.

El sistema UNOi posee una arquitectura de trabajo que se apoya en tres ejes claramente diferenciados. En primer lugar, posee una arquitectura específica del aprendizaje pretendido, con énfasis en una pedagogía que brinda la base socio-constructivista del modelo, cimentada en el trabajo de relevantes pedagogos y psicólogos. Se suman en esta área la definición de los contenidos trabajada intensamente por los curadores, y el diseño de los espacios de aprendizaje habilitadores del trabajo modelo maker.

En segundo lugar, posee una arquitectura de diagramación del programa propuesta para las escuelas, con foco en descubrir el mundo en el ciclo inicial o preescolar, especial atención en construir el mundo en la educación primaria, y la intención de crear en el mundo en el ciclo de la escuela secundaria. En todos los casos, el contenido digital ocupa un lugar de preponderancia, no solo a través de un banco de contenidos digitales que posee más de veinticinco mil elementos multimediales, textos, información gráfica (ilustraciones, fotografías, mapas, gráficas y tablas) y elementos interactivos, sino también a partir de una plataforma de videojuegos para la educación, que combinando juego y aprendizaje, habilita su experimentación dentro y fuera del aula.

Finalmente, posee una arquitectura de procesos que hilvana toda la propuesta y metodología, haciendo de la tecnología el mejor aliado, y habilitando procesos dinámicos y personalizados de formación y certificación, además de mecanismos de evaluación certeros, sea diagnóstica y al final de cada recorrido.

Como menci0né anteriormente, esta metodología comenzó a rodar en el año 2010, apoyando el proceso de transformación de más de 1.000 escuelas en toda la región, enlazando y poniendo en red a una comunidad de +25k docentes y cubriendo a una población de +300k alumnos escolares. Un proceso y abordaje que, adecuadamente dosificado y profesionalmente ejecutado, en el tiempo, obra como catalizador del cambio, como una chispa que inicia un recorrido de sentido único: hacia adelante, hacía el futuro.

El sistema UNOi por el momento ha trabajo principalmente con escuelas privadas. Imagino la reacción de algunos lectores al conocer este dato. Se podrá pensar que este u otros sistemas similares que funcionan principalmente en escuelas de gestión privada son solo útiles para una parte del sistema, para un tipo de ideología de enseñanza en particular. Me suelo encontrar con estos argumentos cuando comparto casos como el de UNOi en foros y conferencias. Personalmente creo que es una equivocación juzgar a una metodología y sistema de trabajo por una posible orientación ideológica, y no por sus méritos pedagógicos, sus consistencias intrínsecas y sus impactos en los aprendizajes. Analizado así, UNOi me resulta una metodología consistente, transformadora, que ha demostrado adopción a escala en el continente y que ha sabido integrar conceptos y herramientas modernas, poniéndolas al servicio de una comunidad de práctica. ¿Acaso hace falta algo más para recibirse de transformador?