Por Juan María Segura
El manual de los ambientes innovadores de aprendizaje, publicado por la OECD en el año 2017, es la pieza final de un recorrido iniciado por esta organización en 2005 con la creación del proyecto ILE de ambientes innovadores de aprendizaje (Innovative Learning Environmets). En el manual se destacan y analizan solo cinco proyectos innovadores, uno de los cuales es Innova Schools.
La propuesta de Innova Schools se basa en un modelo de aprendizaje socio constructivista, un enfoque que permite que todos los estudiantes estén en capacidad de construir su propio conocimiento. El enfoque pedagógico engloba los conceptos de autonomía, aprendizaje colaborativo y tecnología integrada. Por autonomía se entiende que el alumno no solamente trabaje en la adquisición de conocimientos, sino también que desarrolle procedimientos autónomos de pensamiento. El aprendizaje siempre es más efectivo cuando los alumnos experimentan en forma directa. El aprendizaje colaborativo supone no solo el trabajo en grupos o equipos, sino también la persecución de objetivos afines a ese grupo. El uso de herramientas y plataformas tecnológicas permite a los estudiantes salir de clase en horario escolar, indagar a su propio ritmo y trabajar en forma más personalizada. La integración de estos tres conceptos permite al alumno construir experiencias de aprendizaje complejas, dándole la oportunidad de ir desarrollando progresivamente las competencias perseguidas en el diseño curricular de la escuela.
Durante una jornada normal de clases en una escuela Innova, es habitual enfrentar planteos de situaciones que involucran a los estudiantes con la indagación, facilitada por la tecnología y el acompañamiento de los docentes. Los alumnos son desafiados diariamente, dentro de un ambiente que les facilita los recursos (tecnológicos, pedagógicos, afectivos) para desarrollar sus propios procesos de pensamiento y su desarrollo cognitivo.
La escuela cubre los niveles de educación inicial, primaria y secundaria. En el nivel inicial, se busca que los niños se amiguen (o no pierdan el entusiasmo con el que ingresan) con la investigación, la exploración y el proceso creativo a través de diversas experiencias significativas que favorezcan su potencial individual y grupal. El rol docente en esta etapa es clave, alentando la investigación (trabajan con los niños buscando datos con paciencia y sensibilidad), facilitando el vínculo entre los niños (fomentan el diálogo con los niños para reflexionar y solucionar problemas) y fomentando la innovación (a través de actividades para celebrar las diferencias y mantener viva la curiosidad).
Por su parte, en los ciclos de primaria y secundaria el modelo pedagógico es el blended learning, abordaje que potencia el aprendizaje, facilita sin conflictos el trabajo colaborativo y autónomo, atiende los ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes e integra la tecnología a los entornos de aprendizaje. En la etapa de aprendizaje grupal, los estudiantes aprenden en grupos de cuatro a seis integrantes donde todos colaboran entre sí, con la mediación de un profesor que facilita que construyan aprendizajes, indaguen sobre nuevos conocimientos y desarrollen una comprensión profunda a través de situaciones complejas. En las actividades grupales, los equipos aprenden de manera activa y construyen su propio aprendizaje; Investigan, cuestionan, argumentan y reflexionan; socializan ideas, se empoderan de su aprendizaje y ejercitan diariamente el lenguaje oral en el afán de comunicar e interactuar de manera asertiva con los otros integrantes.
A partir del cuarto grado de la escuela primaria, cada estudiante cuenta con una computadora, iniciando el trayecto del aprendizaje autónomo, facilitado por la tecnología, aprendiendo a su propio ritmo. Para ello, se construyen rutas individuales de trabajo, además de contar con la guía de un docente que brinda orientación según las necesidades de cada estudiante. Todas las computadoras cuentan con plataformas internacionales en los diferentes cursos, favoreciendo la creación de un ambiente de aprendizaje abierto, culturalmente diverso y sin límite de recursos bibliográficos y multimediales. Así, el alumno puede profundizar y complementar lo aprendido en las sesiones grupales de trabajo, recoger y procesar información para construir productos de distinta naturaleza, y autoevaluarse, recibiendo la devolución de sus compañeros y de sus docentes.
El abordaje pedagógico, a su vez, es complementado con una estrategia de desarrollo personal de los alumnos, trabajado de manera transversal en todos los cursos y ciclos, logrando así el desarrollo de capacidades al mismo tiempo que desarrollan habilidades personales necesarias para impactar de manera positiva en la sociedad. Los estudiantes cuentan con espacios de consejería desde primer grado de primaria y a lo largo de toda la vida escolar, donde tienen la oportunidad de aprender y reflexionar sobre temas que competen a las preocupaciones acordes con su edad. Los ejes temáticos del abordaje transversal de desarrollo personal atienden cuestiones de autoestima (¿quién soy yo?), habilidades socioemocionales (¿cómo me relaciono con otros, dentro y fuera de la escuela?), liderazgo y autonomía (¿cómo participo e impacto en mi comunidad?) y estrategias de aprendizaje (¿cómo aprendo mejor? ¿cuál es el estilo de aprendizaje que mejor se adapta a mi personalidad e intereses?).
Estos procesos se desarrollan en escuelas modernas, espaciosas, con diseño y equipamiento adecuado, con aulas multimediales, laboratorios con equipamiento completo, y espacios especialmente pensados para favorecer el trabajo en equipo y la interacción entre estudiantes. Obviamente, el acceso a internet no genera ninguna restricción, en ningún espacio, en ninguna escuela.
El resultado de esta metodología es un alumno que destaca en los siguientes competencias y áreas de conocimiento: comunicación efectiva (oral o escrita, en diferentes contextos, interpretando y comprendiendo conceptos, pensamientos, sentimientos, hechos y opiniones en español e inglés), competencia matemática (formula, emplea e interpreta las matemáticas en distintos contextos), pensamiento científico (interactúa con el mundo físico, tanto en sus aspectos naturales como en los generados por la acción humana, comprendiendo los sucesos, prediciendo consecuencias y desarrollando actividades para la mejora y preservación de las condiciones de vida), competencia digital (utiliza las TIC de manera crítica y responsable, para recuperar, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información), innovación, liderazgo, ética y ciudadanía.
Las escuelas Innova se inician como tales a partir del ingreso del grupo local Intercorp en el mercado educativo escolar en el año 2010. En ese momento, ese grupo adquiere una red de solo cinco escuelas, y sobre ellas se inicia el desarrollo de esta propuesta pedagógica innovadora, que integra con naturalidad ideas de clase invertida, aprendizaje personalizado, competencias digitales y fortalecimiento de capacidades socioemocionales. Recuerdo un encuentro que mantuve en 2013 con uno de los directivos del grupo, en Lima, en donde me sorprendió la solidez y entusiasmo con la que hacía referencia a todas estas ideas, novedosas en su país por esos años y aún poco exploradas.
De los dos mil alumnos y cinco escuelas con las que se inició esta aventura en 2011, la red de colegios Innova supera actualmente los 52 mil alumnos, distribuidos más de 60 sedes. Su ambición sigue siendo lograr una red con presencia regional, y a eso están abocados sus directivos. Sin embrago, lo que más desvela a los impulsores de esta metodología y de este abordaje pedagógico, es que sus egresados produzcan un impacto en sus comunidades, el impacto que esperan confirme la valía del abordaje.
Si la metodología de las escuelas Innova funciona como esperan sus administradores, si los aprendizajes en sus miles de estudiantes trascienden a su paso por la escuela, no encuentro ninguna razón para no animar a los gobiernos a que la emulen. En todo caso, la experiencia Innova es, como no podía ser de otra manera, una historia en progreso. Una esperanzadora historia, de la que muchos deben tomar nota.